Aceite de Oliva de olivares Sostenibles y Ecológicos

Tenemos como objetivo cuidar nuestra tierra, incrementar la biodiversidad que tanto buscamos recuperar y repercute tanto en la calidad de nuestros aceites de oliva tempranos y de la máxima calidad ¡Directamente desde el olivar a tu mesa!

Al Son de la Naturaleza

CultOliva es una forma de entender el mundo: respetando el medio ambiente, apostando por la sostenibilidad y cuidando cada detalle desde la tierra hasta tu mesa.

El proyecto CultOliva:
Tradición y Excelencia
en cada gota

NUESTROS VALORES

CultOliva es el resultado del esfuerzo y la pasión de 9 promotores comprometidos con un objetivo común: regenerar los suelos, proteger la biodiversidad y ofrecer aceites únicos que respeten la naturaleza y lleguen a tu mesa con la más alta calidad.

En CultOliva, cada gota de nuestro aceite de oliva virgen  encierra un profundo compromiso con la sostenibilidad, la autenticidad y la excelencia. Cultivamos nuestras fincas con prácticas de agricultura regenerativa, respetando el entorno natural y promoviendo la biodiversidad en cada rincón de nuestras tierras.

Nuestra misión es ofrecer un producto único, elaborado con métodos tradicionales que han pasado de generación en generación, combinados con técnicas modernas que garantizan la máxima calidad. Este equilibrio entre tradición e innovación nos permite producir aceites que no solo enriquecen tus platos, sino que también cuidan de la naturaleza.

El proyecto CultOliva:
Tradición y Excelencia
en cada gota

NUESTROS VALORES

CultOliva es el fruto del esfuerzo y la pasión de nueve personas que comparten un mismo propósito: regenerar la tierra, proteger su biodiversidad y crear aceites extraordinarios que respeten y hagan prosperar el entorno. Creemos que el olivar no solo debe dar frutos, sino también vida, devolviendo a la naturaleza todo lo que nos ofrece.

Cada gota de nuestro aceite encierra este compromiso. Aplicamos prácticas de agricultura regenerativa que cuidan el suelo, fomentan la fauna y flora y garantizan un equilibrio natural en cada rincón de nuestras fincas. Más que producir aceite, cultivamos un futuro sostenible.

Nuestra misión es ofrecerte un producto auténtico, donde la tradición y la innovación se dan la mano. Seguimos los métodos ancestrales que han pasado de generación en generación, combinándolos con técnicas modernas para lograr la máxima calidad. Así, cada botella de nuestro aceite no solo realza los sabores en tu mesa, sino que también honra la tierra que nos lo da todo.

Nuestras Fincas: Origen de Calidad

En CultOliva, queremos que formes parte de un cambio real. Apostamos por la agricultura regenerativa, un modelo que está revolucionando el campo en todo el mundo, devolviendo vida a los suelos y equilibrio a la naturaleza.

Cada paso que damos está guiado por el respeto a la tierra, cuidando su biodiversidad para ofrecerte un aceite de oliva virgen extra excepcional. No es solo su increíble sabor y calidad lo que lo hace especial, sino el compromiso con el medio ambiente que hay detrás de cada gota.

Te invitamos a descubrirlo por ti mismo, a conectar con el origen y a ser parte de esta transformación.

En la Finca San José, Marifé Bruque nos enseña que la sostenibilidad no es solo un principio, es el corazón de todo lo que hacemos. Como parte del proyecto Life «Olivares Vivos», cultiva sus olivos con un profundo respeto por la naturaleza, fomentando la biodiversidad y manteniendo un equilibrio natural sin el uso de productos nocivos. Cada árbol es cuidado con esmero, asegurando que el ecosistema prospere junto con sus frutos.

El compromiso que Marife que ha tenido con el medio ambiente y la excelencia le ha llevado a ser reconocida en prestigiosos certámenes internacionales. Su AOVE Picual Temprano ha sido galardonado con premios como el CINVE Oro en Madrid, Mezquita Oro en Córdoba, Athena plata en Grecia, Monocultivar Olive Oil Oro en Milán (Italia) y Terraolivo Gran Prestige oro en Jerusalén (Israel), destacando por su calidad excepcional y su sabor auténtico.

Cada aceituna es recogida y transportada a la almazara en menos de cuatro horas, preservando todas sus propiedades naturales. Gracias a este meticuloso

Ubicada en el entorno del Parque Natural de la Sierra de Andújar, Salvador y Rosario un matrimonio único lleno de alegría y una actitud innegable de amor, familia y compromiso con su tierra, cuidan con pasión su finca de olivares, Paraje de San Ginés, un cultivo tradicional donde la vida se regenera día a día. Con el esfuerzo de sus manos y el respeto por la tierra, recuperan el campo a través de cubiertas vegetales junto con la ayuda de ovejas, ocas, mulos y burros, creando un ecosistema vivo y equilibrado.

Aquí, la biodinámica guía cada paso, evitando químicos y nutriendo el suelo de forma natural. La recolección de la aceituna es completamente tradicional, un trabajo arduo pero lleno de significado y pasión, que da como fruto un aceite de oliva virgen extra temprano con un carácter único.

Según esta increíble pareja el secreto está en el sacrificio y en su entorno: la montaña, la niebla, las lluvias y los suelos de pizarra y granito, que aportan matices especiales al olivo y marcan la diferencia en cada gota de este oro líquido. Un aceite nacido del esfuerzo, la tradición y el amor por la naturaleza.

La Finca Las Lomas Blancas, situada en la pintoresca localidad de Sotogordo, en la provincia de Jaén, se extiende a lo largo de 10 hectáreas de olivar picual, un legado cultivado con esmero por la familia desde 1981.

En 2021, Sebastien Marie inició una transformación profunda en su finca, apostando por una agricultura más sostenible que culminó en la certificación ecológica. Su compromiso con la tierra va más allá: hoy sigue un manejo regenerativo que restaura la fertilidad del suelo y fomenta la biodiversidad.

Con técnicas innovadoras, como el uso de biofertilizantes y microorganismos, cuida cada árbol y su entorno natural. Ha reducido al mínimo el uso de cobre, sustituyéndolo por agua oxigenada para proteger los olivares sin dañar el ecosistema.

El fruto de este esfuerzo es un aceite de oliva temprano, cosechado en noviembre, con un aroma, color y sabor únicos, reflejo del respeto y pasión por cada cosecha.

En el corazón de la campiña norte de Jaén, en el municipio de Espeluy, Inés Alonso que a demostrado ser una mujer increíblemente trabajadora cuida con dedicación la Finca Paraje «Las Campiñuelas», un olivar de secano donde la naturaleza y la fauna silvestre viven en perfecta armonía. Aquí, mamíferos, aves y una rica vegetación autóctona enriquecen el ecosistema, aportando vida y equilibrio a cada rincón.

Inés cree en un cultivo puro y respetuoso, donde no hay que darle prisa al campo, libre de agroquímicos. Por eso, sus olivos reciben solo nutrientes naturales y preparados biodinámicos que protegen el suelo y fortalecen los árboles sin alterar el entorno. Su compromiso con la agricultura ecológica es una promesa de respeto a la tierra y a todo lo que en ella habita.

Cada cosecha temprana da lugar a un aceite de oliva virgen extra con aromas que transportan al campo, a la huerta, a la hierba recién cortada. En boca, las notas frutadas se entrelazan con un equilibrio perfecto de amargor y picante, dejando una sensación de frescura inigualable. Un aceite que no solo refleja la esencia de su entorno, sino también el amor y la dedicación con el que es creado.

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Ubicada en un paraje de belleza indómita en Málaga, la Finca El Pepinato es el reflejo del amor por la tierra y la tradición olivarera. En estas tierras de suelos arenosos y frágiles, Agustín Troya ha sabido encontrar el equilibrio perfecto entre naturaleza y cultivo, apostando por un manejo agroecológico que respeta el entorno y fomenta la biodiversidad.

Los olivos centenarios, testigos de generaciones de esfuerzo y dedicación, dan fruto a un aceite con alma, donde cada cosecha es única y sorprendente. Predominan las variedades hojiblanco y lechín, acompañadas por otras autóctonas que aportan matices singulares. La recolección, realizada con esmero por cuadrillas tradicionales, sigue el ritmo natural del campo, permitiendo obtener un coupage equilibrado y lleno de vida.

El respeto por el entorno va más allá del olivar. La finca comparte su espacio con el ganado local, ovejas y caballos que ayudan a preservar la cubierta vegetal y a mantener la armonía del paisaje. Aquí, la sostenibilidad no es una elección, sino un compromiso con la tierra y con quienes vendrán después.

Cada gota de este aceite de oliva virgen extra cuenta una historia: la de un paisaje único, una tierra generosa y el empeño de Agustín Troya por honrar su legado con autenticidad y pasión.

En Tierra de Venus, Juan Cosano sigue el legado familiar como cuarta generación de agricultores, cuidando con pasión 17 hectáreas de olivar, huerta y animales bajo un modelo de agricultura regenerativa y biodinámica. Desde 2020, la finca es 100% ecológica, respetando el equilibrio natural de la tierra.

Aquí, todo cobra vida: un grupo de consumo ofrece productos frescos de la huerta, mientras que talleres y espacios de sanación invitan a reconectar con la naturaleza. Sin agroquímicos ni prácticas invasivas, la cubierta vegetal se mantiene, los restos de poda nutren el suelo y los animales enriquecen el ecosistema. Charcas, cajas nido y hoteles de insectos fomentan la biodiversidad, y solo se emplean microorganismos y preparados biodinámicos artesanales.

En Tierra de Venus, el campo se cuida con respeto y gratitud, ofreciendo alimentos llenos de vitalidad, fruto de una convivencia en armonía con la naturaleza.

La finca Almendrichi Bajo, está situada en el corazón de Jaén, bajo las antiguas ruinas del castillejo árabe de El Zumel, un patrimonio de siglos de historia que data del siglo XI, declarado Bien de Interés Cultural. Un lugar lleno de alma, donde la naturaleza y la historia se entrelazan en cada rincón.

Este olivar, legado familiar ahora en manos de Agustín Madero y Carmen, un matrimonio de biólogos, ha sido cultivado siempre con amor y respeto por la tierra. Su compromiso con la sostenibilidad se refleja en la restauración de árboles y arbustos autóctonos, la preservación de la vegetación natural y el uso de agricultura regenerativa para mejorar la calidad del suelo y fomentar la biodiversidad.

Los olivos centenarios de variedad Picual, cultivados en secano, están profundamente conectados con la tierra. Su cosecha, realizada en octubre con métodos tradicionales, da vida a un aceite de oliva virgen extra temprano, intenso y fragante, con notas de hierba fresca, amargor y picor equilibrados.

Este respeto por el entorno ha convertido la finca en un refugio para especies amenazadas como el águila imperial, el búho real y el halcón peregrino, enriqueciendo aún más su ecosistema. Pronto, la gestión de las cubiertas vegetales incluirá ganado autóctono, reforzando el equilibrio natural y reafirmando su misión de restaurar y proteger este maravilloso hábitat.